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TACTO Y SENSIBILIDAD AL DOLOR

LA  SENSIBILIDAD ESTA EN LA PIEL

Hagamos un sencillo experimento: Tomemos unos compas y separemos sus puntas cuidando de que la separación no sea mayor  de seis centímetros. Luego apliquemos las dos puntas sobre la piel de la parte superior del brazo y observemos que la sensación es como si hubiéramos apoyado una sola de las puntas. El efecto será mucho más interesante si lo empleamos como entretenimiento con un amigo que, sin mirar, deba adivinar cuantas son las puntas apoyadas sobre su brazo. Casi seguro es que  se equivoque y afirme que se trata de una sola.


La explicación de este fenómeno consiste es que hay una distancia mínima dentro del cual dos contactos simultáneos sobre la piel (en este caso las puntas del compás) no son advertidos separadamente sino como una única sensación. Esta sensación mínima se llama “umbral  de  discriminación  táctil” y varía según las diversas zonas de nuestro cuerpo. Para apreciar dos sensaciones distintas en la lengua, por ejemplo, las puntas deben tener una separación de 1mm en la palma de la mano4, en el dorso de la misma 15, en la espalda 68 mm. En realidad, estos, estas medidas son aproximadas, pues se ha podido comprobar que nuestra sensibilidad es, en ocasiones, mucho mayor, como puede verificarse con una serie de experiencias, algunas no muy agradables.
   
























LA  SENSIBILIDAD ESTA EN LA PIEL


Toquemos con la yema de nuestro dedo la hoja que estamos leyendo; sabremos inmediatamente que es liza, con una temperatura mediana. Todo esto indica, es obvio, que el órgano del sentido del tacto, lo mismo que los de la sensibilidad al dolor y al calor, reside en todo la superficie de la piel. Si observamos una sección esquemática, agrandada, de la piel, veremos que está compuesta por numerosas capas y elementos. Las dos capas más externas, los estratos corneo y lúcido, son prácticamente  órganos de revestimiento, privado de sensibilidad; por debajo se encuentran otras capas (capas lucidas y de Malpighi ) de la epidermis y la dermis todas las cuales , por así decirlo, son zonas vivas, porque en ellas se  encuentran las terminaciones nerviosas destinadas a recoger las distintas sensaciones. Estas terminaciones nerviosas simples o modificadas, conforman los llamados órganos de la sensibilidad  general.





LOS  PUNTOS  SENSIBLES



Veamos un poco como son las cosas. Las terminaciones nerviosa de la sensibilidad general, además de la piel; están situadas en otras zonas: mucosas, huesos, tejido conjuntivo, articulaciones y en algunos órganos y vísceras. Pero por ahora solamente nos ocuparemos de las terminaciones de la piel.



Por medio de la sensibilidad de la piel tenemos conciencia de la existencia de cuatro sensaciones: de contacto o presión, de frio, de calor Y de dolor. Cualquiera de estas sensaciones es advertida por la piel no en forma indiscriminada sino en sitios distintos, distantes unos de otros algunos milímetros.

Estos puntos en sitios sensibles son llamados, según el tipo de sensación que recogen, puntos sensibles al tacto a la presión, al frio al calor e incluso también al dolor.


SECCIÓN DE LA EPIDERMIS Y DE LOS ESTRATOS SITUADOS DE BAJO (ESQUEMÁTICA Y MUY AGRANDADA). EN LA CUAL SE PUEDEN OBSERVAR DIVERSOS ÓRGANOS RECEPTORES DE LAS SENSACIONES CUTÁNEAS

Naturalmente, debajo de cada uno de esto puntos existe la terminación nerviosa correspondiente. En realidad, estas partes sensibles no están estrictamente en un punto, sino que la sensibilidad se irradia un poco alrededor de ellas, por lo que la zona sensible es realmente una pequeña área o circulo. Los puntos, sensibles no están a igual distancia uno del otro, ni distribuidos en forma regular por toda la piel. En efecto, existen zonas de la piel o mucosas insensibles a una o más sensaciones; por ejemplo, la conjuntiva es sensible al calor, la córnea lo es al contacto, y una cierta parte de la mucosa de los carrillos es también insensible y no advierte el dolor.


LAS  DISTINTAS  TERMINACIONES NERVIOSAS

¿Cómo son advertidas materialmente las diversas sensaciones? Como siempre, por medio de terminaciones nerviosas que se encuentran a cerca de un milímetro de profundidad de piel en correspondencia con los puntos sensibles. Cuando la piel es tocada, comprimida o puesta en contacto con cuerpos fríos o calientes (incluso el aire), o sufre golpes, heridas, tajos punturas rozamientos quemaduras, etc. Las terminaciones nerviosas registran las sensaciones y las transmiten al cerebro. Esto significa que existen cuatro diversas categorías de terminaciones nerviosas, cada una para recibir una de las cuatro distintas sensaciones. Pero el tipo de terminación nerviosa es extraordinariamente variable: entre la piel, la del tejido conjuntivo, la del tejido muscular y la de los órganos internos, existen alrededor de una docena de elementos distintos, que abarcan todas las formas: de bulbo, de botón de red, de esfera, etc.


1. TERMINACIÓN EN CESTO EN LA BASE DE UN PELO   2. CORPÚSCULOS DE MEISSNER EN UNA PAPILA DÉRMICA RECEPTORA DE IMPRESIONES TÁCTILES 3.CORPÚSCULOS DE PACINI A LO LAGO DE UN DEDO


1. CORPÚSCULO DE PACINI RECEPTOR DE LAS EXCITACIONES DEBIDAS A LA PRESIÓN 2. CORPÚSCULO DE KRAUS, RECEPTOR DEL FRÍO  3. CORPÚSCULO DE RUFFINI, RECEPTORES DEL CALOR.

Veamos cuales son los tipos principales de terminaciones nerviosas:

    

     PUNTOS PARA EL TACTO Y LA PRESIÓN


Son cerca de 600 mil en todo el cuerpo y son más abundantes en el pulpejo de los dedos, en la punta de la lengua y en la mucosa  de los labios. Término medio se encuentran en estas zonas cerca de 25 terminaciones por centímetro cuadrado; el estímulo que las terminaciones nerviosas recogen está constituido por el contacto de un cuerpo cualquiera con la piel o por la presión ejercida sobre ella capaz de provocar aunque solo sea una levísima variante de la misma o una variación en una deformación preexistente. Por ejemplo, cuando elevamos el pie del suelo advertimos claramente una sensación de este tipo. Los elementos más importantes para estas sensaciones son: papilas táctiles de MERKEL y los corpúsculos de MEISSNER para el tacto, y los corpúsculos de PACINI y los de GOLGI  MAZZONI, para la presión. Los nombres son los de sus descubridores.

   

PUNTOS PARA EL FRÍO Y PARA EL CALOR

Los puntos para la sensibilidad térmica son cerca de 200 mil. Se sabe con certeza que los puntos para el frío son más numerosos que los del calor, en el adulto, en cada centímetro cuadrado de la piel, se encuentran de 6 23 puntos para el frío y solo 1 a 3 para el calor; vale decir, un promedio de 10 a 12 puntos para el frío, por cada 1 o 2 para el calor. En los órganos internos no hay receptores para la sensibilidad térmica. El estímulo que las terminaciones nerviosas advierten es la
variación de la temperatura ya sea en aumento o en disminución. Si la variación es muy grande, nos encontramos con una sensación térmica y también dolorosa. Los receptores de la sensibilidad térmica son: los bulbos de KRAUSE para el frío y los órganos de RUFFINI para el calor.


PUNTOS PARA EL DOLOR:

Son cerca de 170 por cm. Cuadrado de piel, o sea  un total de casi un millón y medio. Además, es necesario agregar los puntos internos para el dolor, porque este es percibido incluso por algunas vísceras: el periostio, las meninges etc. Como si no bastase, estos puntos son los más sensibles a los estímulos  sea porque se encuentran más  en la superficie, sea porque los receptores son terminaciones nerviosas libres de sus vainas, completamente descubiertas. Por otra parte, para tener una sensación térmica o táctil es necesario que lleguen a los receptores  estímulos térmicos o táctiles, para tener, en cambio, una sensación dolorosa, basta un estímulo de cualquier naturaleza: táctil, de presión, químico, térmico, eléctrico, etc.; incluso la repetición excesiva de un estímulo ligero no doloroso lleva al fin al dolor. De cualquier modo recordemos que el dolor tiene, para el hombre, un gran valor: le señala un peligro o una enfermedad.










TRES  ERRORES  DEL  SENTIDO  DEL  TACTO


    A) Las dos puntas de unas tijeras colocadas a un centímetro de distancia sobre el dorso de la mano se aprecian como una.
   
    B) Si se hace ascender a lo largo del antebrazo y del brazo las dos puntas de unos compas la sensación táctil que se obtiene es que dichas puntas se alejan una de otras a medida que se asciende.
   
    C) Una bola que se toca con los dedos índices cruzados parece doble porque  no estamos habituados a que la excitación de estos lados de los dedos parta de un solo cuerpo.







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