LOS REYES LONGOBARDOS
En el siglo VI, Italia se hallaba completamente bajo la dominación bizantina. Se la consideraba una provincia del imperio de oriente, y estaba gobernada por un exarca, representante del emperador, que residía en Ravena. En el año 568 llegaron a Italia, a través del paso del Predil, los longobardos (o lombardos), originarios de Escandinavia, y de raza germánica. Eran unos cuarenta mil hombres, seguidos de mujeres, niños y ganado. Los recién llegados buscaban tierras para explotar y casas para saquear. Italia, país de tierras fértiles y tesoros creados por una elevada civilización. Era precisamente lo que deseaban. Los guiaba el rey Alboín o Alboino, un guerrero ávido de conquistas. Los longobardos no hallaron muchos obstáculos principalmente porque una terrible peste había diezmado la población. Solo Pavia resistió, y lo hizo durante tres años. Albuino, furioso, amenazo con matar a todos sus habitantes. Finalmente la ciudad fue tomada y se convirtió en la capital del reino.
Desde la llanura del po, los longobardos se
dirigieron hacia el sur ocupando parte de Italia. Las tierras fueron divididas
en ducados y confiadas a “DUQUES”, elegidos por el rey ente los jefes mas
valerosos.
El reinado de Albuino duró
unos tres años. Su sucesor, Clefis (o Clef), duque de Bérgano, fue muerto por
un esclavo, luego de un año y medio de reinado. Dejo un solo hijo, pero como
era muy pequeño no podía reinar. Se originaron, entonces, duras luchas entre
los duques para conquistar el poder. Estas luchas duraron diez años, y
provocaron desordenes y miseria. Los invasores se ensañaron con los restos de
la civilización Romana: destruyeron acueductos, caminos y monumentos; las
tierras abandonadas fueron invadidas por pantanos y se difundió la malaria; las
poblaciones italianas debieron sufrir pillaje y violencias. El papa pidió
entonces ayuda a los francos, pueblo católico que habitaba en lo que es hoy
Francia.
Autario
En ese
momento, los duques comprendieron que, para defenderse, era necesario tener un
solo jefe, y eligieron rey a Autario, el hijo de Clefis, que era ya mayor(584).
Este se ocupo antes que nada, de organizar un fuerte ejercito con el que
rechazó a los francos y sometió a las ya pocas ciudades que resistían en el
norte de Italia. Luego obligo a los duques a cederles partes de su tierra y de
su patrimonio. Así pudo dar al reino una sólida base.
Autario dio
comienzo a una nueva política. Sus predecesores habían tratado a los italianos
como esclavos; habían destruido sus viviendas y requisado sus bienes. El, en
cambio, trató de hacerse amigo del pueblo casándose con una mujer católica,
Teodolinda. Hija del Duque germánico de Baviera. También se hizo llamar
“Flavio”, en homenaje a esa dinastía de emperadores romanos.
Agilulfo
En el año 599, Autario murió imprevistamente en Pavia. Como no dejaba hijos, Teodolinda podía seguir reinando siempre que tomara un nuevo esposo. La elección cayó sobre el Duque de Turín, Agilulfo. Este rey trato de extender el dominio de los longobardos hacia el sur, y sitió al ducado romano, perteneciente al imperio bizantino, donde residía el pontífice. El papa Gregorio I Magno, para alejar la amenaza de roma, fue obligado a pagar una fuerte suma.
La reina
Teodolinda tuvo notoria influencia sobre el pueblo y se preocupó por la
difusión del catolicismo entre los longobardos. El primero en abrazar la fe fue
el rey Agilulfo, que pronto fue imitado por sus generales y parte del pueblo.la
conversión favoreció, principalmente, la relación de los longobardos con el imperio de Oriente y Papado.
Al morir Agilulfo, en el
año 615, le sucedió su hijo Adaloaldo, bajo la regencia de su madre. Pero los
longobardos que no habían aceptado el catolicismo se opusieron a este rey, y
diez años después lograron destronarlo, reemplazándolo con Ariovaldo.
Rotario
En 636 subió
al trono Rotario, rey longobardo que promulgó leyes escritas, compiladas en un
edicto publicado en 643, en lengua Italiana. Hasta entonces los longobardos
habían vivido según las costumbres germánicas. El que sufría un agravio se
hacía justicia por si mismo, según la antigua ley de Talión. Las leyes dictadas
por rotario, aunque no lograron eliminar aún las costumbres bárbaras de los
longobardos, las suavizaron. A su muerte, acaecida en el año 652, siguió un
periodo de luchas entre los duques. Católicos y bárbaros se disputaron el trono, hasta que en 712 fue
elegido Liutprando, rey católico.