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SABIOS ILUSTRES

Sus fecundos descubrimientos fueron el fruto el producto de un prodigioso esfuerzo de paciencia. Primero se familiarizo con el cuenta hilo, luego construyó microscopios  que        revelaron un universo totalmente nuevo para sus contemporáneos. Es considerado como el padre de la bacteriología; pues fue el primer hombre que observo las bacterias. Su nombre es ANTONIO  VAN  LEEUWENHOEK.

Nació en Delft, Holanda, en  1632. Desde muy joven se inició en el comercio de telas. A la edad de 21 años abrió su propia tienda y alternó el oficio de comerciante con el empleo de conserje del Ayuntamiento de su ciudad.                                                                                                                          Para quien comercia en tejidos es muy conveniente el uso de un lente de aumento. Leeuwnhoek  aprendió a fabricar sus propios lentes y, al cabo de 20 años, logro hacer microscopios de tipo muy simple, pero muy superiores a todos los conocidos hasta esos tiempos. Con su lente logró obtener, al principio, 40 aumentos, más tarde 100 y, finalmente 270      .           
Los microscopios de Leeuwenhoek eran simples; Solo poseían una pequeña lente, casi esférica, montada entre placas de metal. Sin embargo, con este aparato tan  sencillo,  logró descubrir la estructura de las fibras musculares y los glóbulos rojos de la sangre humana. Sus observaciones en renacuajos vivos condujeron a demostrar la existencia de finísimos conductos que se llaman ahora ´´capilares´´.
En otros estudios de Leeuwenhoek observo los protozoarios en el agua estancada, reveló la existencia de los espermatozoides, describió con asombrosa fidelidad las estructuras de la piel y de los cabellos, detalles de los insectos, etc...

Su triunfo más grande provino, sin embargo, al examinar el sarro de sus propios dientes. Con gran sorpresa, vio una gran cantidad de ´¨bestezuelas que se movían de un modo muy divertido´¨. Notó, en las mayores, movimientos muy vivaces y activos: Las  veía moverse a través de la saliva ´¨con la velocidad del  pez en el mar¨. Casi con seguridad fue ésta la primera vez que se observaron las BACTERIAS, tan importantes en la putrefacción y las enfermedades, y en la vida de muchos seres.                                                       
    En 1676 comunicó Leeuwnhoek sus primeros descubrimientos a la Real Sociedad de Londres, la que reconoció su enorme valor científico y lo designó como uno de sus miembros extranjeros, junto a los grandes sabios de la época. Sus  hallazgos y observaciones posteriores fueron igualmente comunicados a aquella institución, en un total de 375 cartas ilustradas con curiosos dibujos, Tales documentos son de gran importancia para la historia de la ciencia, sobre todo los que se refieren al descubrimiento de las bacterias, ya que representan el primer paso en el estudio de estas plantas microscópicas de tanta trascendencia para la salud del hombre.
      Leeuwnhoek fue un fecundo innovador. Sus contemporáneos  Juan  Swammerdam,  Marcelo  Malpighi y Roberto  Hooke también contribuyeron al nacimiento de la microscopía, pero no alcanzaron la misma exactitud. Su influencia fue profunda y su fama muy grande. Murió en 1723.

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